Bandas falsificadoras de billetes en España
España es uno de los estados con mayor número de bandas falsificadoras de billetes. Muchos €uros falsificados proceden de Bulgaría, Rumanía, Kosovo, Colombia y Reino Unido.
El asentamiento de estas bandas no es casual.
La legislación de cada país castiga de manera diferente este tipo de delitos.
En España como el Reino Unido, la condena puede alcanzar 12 años de carcel, mientras que en Francia puede llegar a 30 años y en Irlanda a cadena perpetua.
Las bandas utilizan "pasadores" o gente que se encarga de poner los billetes falsos en circulación.
El procedimiento consiste en comprar articulos de poco valor con billetes grandes. Procuran comprar en establecimientos repletos de gente para que el dependiente o cajera no pueda prestar demasiada atentión del billete.
Si observan que los billetes pasan por un buen detector cambian de lugar.
Los comerciantes suelen controlar o no aceptar los billetes grandes y es por ello que los falsificadores se inclinan por los de 50 €.
El falsificador suele vender cada billete de 50 € por 10 €. El comprador a su vez, suele revenderlo hasta llegar a un tercero que es normalmente el pasador.
El asentamiento de estas bandas no es casual.
La legislación de cada país castiga de manera diferente este tipo de delitos.
En España como el Reino Unido, la condena puede alcanzar 12 años de carcel, mientras que en Francia puede llegar a 30 años y en Irlanda a cadena perpetua.
Las bandas utilizan "pasadores" o gente que se encarga de poner los billetes falsos en circulación.
El procedimiento consiste en comprar articulos de poco valor con billetes grandes. Procuran comprar en establecimientos repletos de gente para que el dependiente o cajera no pueda prestar demasiada atentión del billete.
Si observan que los billetes pasan por un buen detector cambian de lugar.
Los comerciantes suelen controlar o no aceptar los billetes grandes y es por ello que los falsificadores se inclinan por los de 50 €.
El falsificador suele vender cada billete de 50 € por 10 €. El comprador a su vez, suele revenderlo hasta llegar a un tercero que es normalmente el pasador.
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